jueves, 10 de julio de 2008

Los Líquenes.

Los restos fósiles de líquenes son extraordinariamente escasos, es conocido en el mundo de la paleobotánica que el registro fósil, incompleto, no puede mostrar en absoluto la realidad de la flora de la época a la que pertenece, es por ello que se hace necesario deducir a partir de los escasos rastros conservados y a partir de la filogenia cuándo aparecen muchos de los grupos vegetales y en nuestro caso la simbiosis entre un alga y un hongo. Aún con esto, el yacimiento de Rhynie Chert ha proporcionado un ejemplo de liquen fósil de extraordinario valor científico pues sitúa a este grupo en era devónica pudiéndose considerar por tanto a este fósil como el más antiguo de los conocidos para el grupo. Consideraciones coevolutivas y estudios filogenéticos que relacionan distribuciones actuales y movimientos continentales han sugerido que el estilo de vida liquénico es muy antiguo. Parece probable que muchas de las familias, géneros, y en algunos casos especies actuales evolucionaron en tiempos del Pérmico/Triásico, hace unos 190-280 millones de años, a partir de unas cuantas especies previas. Existen teorías que mantienen que pudieran ser los líquenes las primeras especies en colonizar el medio terrestre, teoría demasiado controvertida y con pruebas aún muy poco consistentes. En el intento de presentar en conjunto los órdenes de la subdivisión Ascomycotina en relación con su biología, se encontró que el orden Peltigerales ocupa una posición más o menos central. También se observó, que este orden presenta un significado particular en la evolución de los ascomycetes, ya que incluye algunos géneros que son esencialmente terrícolas, aunque capaces de propagarse sobre cortezas rugosas y árboles; esto es, se presentan generalmente en hábitats primarios, los cuales han existido antes del aumento de las fanerógamas. Las cianobacterias pasan por ser uno de los primeros organismos fotosintéticos; presentes en la tierra desde el Precámbrico, es por ello que este tipo de fotobionte pudo estar presente para los hongos capaces de asociarse a él desde el principio evolutivo del grupo. En un ecosistema los organismos interactúan de diferentes formas. Muchas veces los seres vivos colaboran unos con otros para obtener algún fin, dándose entonces relaciones beneficiosas. En ocasiones, dos especies de organismos se benefician viviendo en estrecha asociación. A este tipo de relación se le conoce como mutualismo. Esta es una relación simbiótica en la cual ambas especies se benefician. Los líquenes son un ejemplo de este tipo de relación. Para principios del siglo XIX no se consideraban organismos distintos de los ya conocidos y eran clasificados como algas o musgos. Fue para principios de 1870 que se determinó que los líquenes estaban constituidos por un alga y un hongo (Durán, 1997).

Los líquenes son plantas criptógamas. Organismos constituidos por la simbiosis entre un hongo llamado micosimbionte y un alga o cianobacteria llamada fotosimbionte. La asociación de estos dos organismos puede ser muy variada pudiéndose diferenciar varios tipos estructurales muy diferentes desde el más simple, donde hongo y alga se asocian de forma casual al más complejo donde micosimbionte y fotosimbionte se organizan en un talo de morfología muy diferente a los dos organismos que los constituyen y donde el alga o cianobacteria se encuentra formando una capa bajo la protección del hongo.

Los líquenes son organismos excepcionalmente resistentes a las condiciones ambientales adversas y capaces, por tanto, de colonizar muy diversos ecosistemas. La protección frente a la desecación y la radiación solar que aporta el hongo y la capacidad de fotosintesis del alga confieren al simbionte características únicas frente a otros organismos. La síntesis de compuestos únicamente presentes en estos organismos, las llamadas sustancias liquénicas permiten un mejor aprovechamiento de agua, luz y la eliminación de sustancias perjudiciales. Están tan íntimamente relacionados entre sí que se comportan y reproducen como una planta única e independiente. El hongo se encarga de proteger al alga de las radiaciones directas del sol, brindarle agua y sales minerales. El alga a su vez realiza fotosíntesis y proporciona al hongo alimento y vitaminas.

Desde el punto de vista de la taxonomía, los líquenes no constituyen un grupo natural sino biológico; y se los clasifica dentro del reino Fungi. En efecto, las algas que componen los líquenes son de dos tipos: cianófitas o algas azules y clorófitos, o algas verdes. El hongo es generalmente un ascomiceto, con excepción de algunos líquenes tropicales donde el hongo simbionte es un basidiomiceto.

Por su aspecto externo podemos distinguir tres grupos: líquenes crustáceos; viven íntimamente unidos a la superficie de las rocas o de las cortezas, foliáceos; de forma aplanada y lobulada, se fijan al sustrato por medio de unos cordones especiales de hifas llamadas rizinas.

La dispersión de los líquenes ocurre de varias maneras, una de ellas es por simple fragmentación del talo, en otras ocasiones se forman estructuras en la superficie del talo llamadas soredios, o bien por isidios que son proyecciones del talo. Los líquenes se distribuyen mundialmente, se encuentran desde los círculos polares hasta las áreas desérticas, y desde las costas marinas hasta las selvas y bosques húmedos, muchos géneros muestran su especiación máxima en los trópicos. Son varios los factores que afectan su distribución, entre ellos; el agua, la temperatura y la luz.

MORFOLOGIA:

El talo o aparato vegetativo de los líquenes está formado por hifas entretejidas que rodean y protegen al alga. El talo puede ser homómero, en este caso no se aprecia ninguna estratificación y las algas se hallan repartidas de manera uniforme entre las hifas. Si el talo es heterómero los estratos se pueden apreciar y el alga se halla en una capa próxima a la superficie, llamada capa gonidial. La médula se encuentra por debajo de la capa y está formada por hifas. La zona que está en contacto directo con el sustrato recibe el nombre de córtex inferior, y pueden aparecer hifas cuyo propósito es la fijación del líquen al soporte.

Los líquenes tienen la facultad de poder vivir en una gran diversidad de sustratos por ejemplo: sobre rocas, madera, tierra, hojas e inclusive sobre estiércol de aves. Sintetizan unas sustancias químicas únicas que les confieren su color, y su tamaño oscila entre menos de 1 milímetro y más de 3 metros de ancho.

Clasificación científica: Los líquenes se clasifican de acuerdo con el tipo de hongo (llamado micobionte) que los componen. El micobionte de la mayoría de los líquenes es un ascomicete, aunque en algunos líquenes tropicales es un basidiomicete. El alga que compone un liquen (llamada ficobionte) suele ser unicelular del tipo de las algas verdes, como Trebouxia o Coccomyxa, o del tipo de las algas verdeazuladas, como Nostoc o Scytonema. El liquen canino se clasifica como Peltigera canina, la barba de capuchino como Usnea barbata, el liquen de Islandia como Cetraria islandica y la especie del desierto que podría haber sido el maná bíblico como Lecanora esculenta.

Según su estructura los mismos pueden ser:


Líquenes Crustosos:

El talo es muy delgado y estrechamente unido al sustrato a manera de costra, por medio de hifas inferiores que actúan como hifas rígidales.





Líquenes Foliosos:

Se parecen mucho a los costrosos, aplanados y posturados, pueden ser fácilmente desprendido del sustrato, no están unidas a este. Se ubican preferentemente en áreas umbrófilas. Ello se debe probablemente a la mayor humedad relativa del aire en estos sitios.




Líquenes Fruticosos:

Se encuentran con mayor frecuencia en áreas más soleadas, donde los líquenes foliosos están ausentes. Crecen erguidos en el sustrato, pueden tener el aspecto de pequeños arbustos.


REPRODUCCION:

Los líquenes presentan dos tipos de reproducción: sexual y asexual. La reproducción asexual tiene lugar por la fragmentación del talo. La pérdida de agua por desecación hace que el talo se vuelva frágil, rompiéndose por el viento, facilitando la dispersión de los fragmentos. Cada fragmento puede originar un nuevo talo en otro lugar. Esta es la forma de reproducción más común entre los líquenes. O por medio de estructuras llamadas soredios y los isidios, en la formación de diásporas vegetativas. Cada soredio está formado por unas pocas células algales reunidas por hifas fúngicas que pueden ser dispersadas por el viento. Los isidios son otro tipo de estructuras reproductivas que se originan en las capas internas del talo y que emergen a través de poros o rupturas de la corteza.

Un sorelio es una agrupación de hifas del hongo rodeando a unos pocos elementos algares que se desprende de la superficie del talo liquénico para ser diseminado bien por el viento, bien por salpicaduras de lluvia, esta estructura carece por completo de organización interna. Los isidios por el contrario se encuentran estructurados de la misma manera que el talo liquénico; son porciones de talo que se desarrollan en la superficie conservando la estructura en capas y córtex y que pueden desprenderse con facilidad.

Estos tipos de reproducción asexual son los únicos procesos mediante los cuales se disemina la estructura completa del liquen y no sólo uno de sus componentes. Ha de advertirse que estas estructuras son creadas exclusivamente por el hongo al ser éste el único componente que necesita de la simbiosis para su supervivencia, o al menos el que tiene más ventaja en la unión. La ventaja evolutiva que implica la formación de estas estructuras pone de manifiesto la bondad de la simbiosis para el micobionte y su necesidad de asegurarse un organismo fotosintético para su supervivencia.

El resto de las estructuras reproductoras formadas en el simbionte no involucran a los dos biontes. Debido probablemente a limitaciones impuestas por el micobionte que aún no se conocen el elemento fotobiótico es incapaz de reproducirse por sí mismo mientras forma parte de la simbiosis. El hongo por su parte es capaz de reproducirse asexual y sexualmente según las características propias del grupo al que pertenezca, ascomicete, basidiomicete u otro. Los componentes reproductores fúngicos son capaces de diseminarse en busca de un alga al que asociarse, que será la misma especie con la que previamente formaba la simbiosis u otra diferente dependiendo de la especialización del hongo.

Las esporas sexuales formadas en ascomicotas se encuentran característicamente en peritecios y apotecios; en líquenes estas estructuras pueden estar formadas exclusivamente por el hongo o tener parte de la capa algar participando de ellas, en ambos casos las estructuras producidas en el himenio se diseminan en busca en un nuevo fotobionte o desarrollan un hongo de vida libre, salvo en hongos que son incapaces de vivir fuera de la simbiosis.

El hongo también puede desarrollar estructuras reproductoras asexuales por su cuenta; son los llamados picnidios. Este tipo particular de esporas que se producen en gran cantidad es capaz de permanecer en el medio durante mucho tiempo a la espera de encontrar el alga o ciantofita adecuada con la que asociarse, como ocurre con las esporas sexuales.

La reproducción sexual está a cargo del hongo, que desarrolla unas ascocarpos ya sea en forma de apotecio o de peritecio. Los apotecios en forma de disco abierto, se presentan sobre el talo, mientras que los peritecios se hunden en él y liberan las esporas. Muchos líquenes logran arrastrar consigo algunas células asegurando así la formación de un nuevo liquen (Durán, 1997).

ECOLOGIA DE LOS LIQUENES:

La naturaleza del sustrato determina la distribución y crecimiento de los líquenes. Se puede afirmar que crecen sobre cualquier superficie bien iluminada, como las rocas, las cortezas de los árboles o el suelo. Aunque no son exigentes con la humedad y la temperatura sí son muy específicos del sustrato en que se desarrollan. Los líquenes que crecen sobre los árboles no son los mismos que viven sobre las rocas y aún son distintos aquellos que crecen sobre rocas silíceas o sobre rocas calcáreas.

Hay líquenes que prefieren sustratos ricos en nitrógeno y viven en áreas frecuentadas por el hombre. La capacidad de absorber y acumular diversas sustancias presentes en el ambiente ocasiona que la mayoría de los líquenes no toleren la contaminación. La acumulación de estas sustancias y su imposibilidad de excretarlas, retardan su crecimiento, dificultan su reproducción y pueden provocarles su muerte. De esta forma los líquenes se consideran indicadores naturales o bioindicadores de la contaminación atmosférica (Durán, 1997)

UTILIDAD DE LOS LIQUENES:


Los beneficios que hasta hoy día ha obtenido el hombre de los líquenes son limitados. En algunos países nórdicos se consume como alimento y fuente de vitamina C, el musgo de Islandia (Cetracia islandica). En los países subpolares, el líquen de los renos, Cladonia rangiferina sirve de alimento a los renos. La utilidad más conocida de los líquenes es quizás su uso como fuente de colorantes. La primera tintura de tornasol usada en química para la determinación de pH fue obtenida a partir de los líquenes. Recientemente se ha descubierto propiedades antibióticas en ciertas sustancias encontradas en los líquenes. Se han preparado también pomadas para evitar infecciones en heridas superficiales y quemaduras. Algunos líquenes se utilizan en cosméticos y perfumería, suministrando aceites esenciales.

Ellos juegan un papel primordial en la naturaleza, son pioneros en muchos ecosistemas rocosos, iniciando la degradación superficial de las rocas y la acumulación de polvo, por lo que se empieza a formar un sustrato apto para que se establezcan diversos organismos como musgos y plantas vasculares dando paso a que también se establezcan invertebrados y pequeños vertebrados. Algunos son importantes ya que fijan el nitrógeno de la atmósfera y lo proporcionan al suelo, formando parte del ciclo del nitrógeno en los ecosistemas.

En realidad, los líquenes no han sido muy utilizados como alimento por el hombre, en Japón el liquen conocido como Iwatake se comen en ensaladas o fritos y se consideran deliciosos. Sin embargo son una fuente muy rica de alimento para gran cantidad de invertebrados, que se encuentran infectando árboles, como los tardígrados y en regiones árticas son una fuente importante para renos y pequeños vertebrados.

Actualmente algunas especies se utilizan como expectorante y como remedio para estimular el apetito. Algunos poseen sustancias, que son efectivas en el tratamiento de quemaduras externas y heridas superficiales.

Las sustancias liquénicas también han sido investigadas como antibióticos en la patología de plantas, por ejemplo contra el cáncer del tomate y el mosaico del tabaco.

Los líquenes han sido considerados económicamente importantes como colorantes, otros se utilizan para extraer aceites esenciales, también constituyen indicadores naturales de la polución industrial del aire.



2 comentarios:

Andrës A dijo...

gracias por la info!! ;)

Adela Salazar Sanchez dijo...

hola ....respecto a la clasificación no se si tienes claves taxonómicas, por fa o si conoces algún link. Me lo podrías enviar a mi email adelasalazarsanchez@gmail.com

Muchas gracias.